Un caso de acoso y violencia de género se resolvió en las últimas horas en la provincia de Santa Fe: un hombre con restricciones para acercase a su expareja le mandó más de 260 mails en el lapso de dos meses y se presentó en su hogar, a pesar de las órdenes de la Justicia. El hecho se resolvió con una sentencia de siete años y medio de cárcel para el implicado.
Omar Alfredo Carranza quedó sentenciado a cumplir esa pena tras un juicio oral en el que la jueza Paola Aguirre le adjudicó “desobediencia judicial en concurso real con amenazas coactivas”, en el marco de anteriores denuncias por violencia de género que le valieron una perimetral. Los mencionados siete años se desprenden de la unificación de la nueva condena por acoso vía mensajes (cuatro años y seis meses), más la condena anterior de tres años de prisión condicional.
Entre julio de 2021 y mayo de 2022, Carranza cometió una serie de hechos que derivaron en una imputación por violencia de género. Algunos de estos fueron llamadas a la puerta de su expareja y cruzar los límites establecidos por la Justicia acerca de una distancia mínima de seguridad que debía mantener respecto de la mujer que lo denunció en el pasado y con quien estuvo en pareja durante seis años.
Fue durante este período de noviazgo donde se presentaron los principales hechos de violencia y agresiones domésticas que llevaron a la mujer a denunciarlo y pedir una orden perimetral. En una de esas ocasiones debió oprimir el botón de alerta que se le había otorgado de manera preventiva. La fiscal Cecilia Cardinalli fue quien lo imputó por las denuncias penales.
Sin embargo, pese a las advertencias y las medidas de la Justicia, Carranza continuó con su acoso. Esta vez de manera digital. Entre el 8 de abril y el 31 de mayo de 2022, le envió desde diferentes correos electrónicos un total de 267 mails, que la Justicia evaluó que tenían la finalidad de “amedrentar, atemorizar e intimidarla”, según indicó el medio local La Capital (Rosario).
En el juicio oral que terminó por condenarlo a siete años y medio de prisión, se tuvieron en cuenta los 267 mensajes y las tres aproximaciones en persona como desobediencia a la orden judicial de mantenerse alejado de su expareja y quebrar las normas de de la libertad condicional. En total fueron 270 desobediencias, las cuales fueron tenidas en cuenta, junto a lesiones leves, amenazas coactivas y tenencia de arma de fuego en contra de la misma víctima para llegar a la resolución.
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