El homenaje de la Conmebol hacia César Luis Menotti, leyenda del fútbol y director técnico de la selección argentina campeona del mundo en 1978, que falleció el domingo pasado, seguramente merecía un escenario multitudinario. No lo hubo, porque Rosario Central, el anfitrión, debió jugar a puertas cerradas en el Gigante de Arroyito su partido frente a Atlético Mineiro, por la cuarta fecha del Grupo G de la Copa Libertadores. Después, el equipo de Miguel Ángel Russo perdió y complicó su participación en el certamen.
La decisión de que no haya público la dictó la Conmebol hace unos días, como sanción por los incidentes que protagonizaron los hinchas canallas en la primera fecha de la Copa, frente a Peñarol. Vale recordarlo: le arrojaron una valla metálica desde una bandeja superior a los fanáticos uruguayos que estaban en la parte baja, y luego un plateísta le arrojó un piedrazo a Maxi Olivera, jugador de Peñarol.
Para el homenaje, se dispuso una tarima con una Copa del Mundo y una camiseta de Rosario Central -el club en el que Menotti dio sus primeros pasos como futbolista, en los años sesenta- en el centro del campo de juego, con los jugadores de ambos equipos rodeando el anillo central, y un minuto de silencio en el que se pudo ver muy emocionado a Russo, el DT del conjunto rosarino, mientras la imagen del emblemático conductor en Argentina 1978 ocupaba la pantalla del estadio.
A partir del primer minuto, casi todo fue para Atlético Mineiro. El equipo de Gabriel Milito ya se aseguró la clasificación a los octavos de final de la Libertadores con dos fechas de anticipación con su triunfo por 1-0 en Arroyito. Domina el Grupo G con amplitud: cuatro jugados, cuatro ganados. Desde que llegó al banco del ‘Galo’, Milito está invicto: entre el campeonato regional, el Brasileirao y la Libertadores, acumula 12 sin perder, con 8 triunfos y 4 empates. Central, con 4 puntos, quedó contra las cuerdas: deberá ganarle la próxima fecha a Caracas, y conseguir un resultado positivo en Montevideo en la última jornada, cuando visite al Manya.
No tardó nada el Mineiro en adueñarse del balón y controlar el desarrollo del juego, y enseguida tuvo también su primera ocasión, en un contraataque que Paulinho definió con un tiro cruzado, pero Broun salvó con un manotazo. Un anticipo de una noche en la que Fatura iba a tener mucho trabajo.
Paciente para presionar y preciso en la búsqueda, con Scarpa como eje para avanzar por la derecha, el ‘Galo’ volvió a tener otras chances, como un zurdazo de Hulk al que le faltó potencia para complicar al arquero, y poco después Broun sí debió intervenir con una estirada al ángulo para descolgar un bombazo de Paulinho, después de que Scarpa había encontrado un campo enorme a espaldas de Sández.
Hulk tuvo la situación más propicia del primer tiempo en un potente tiro libre a unos 35 metros que sacudió el travesaño cuando Broun no podía llegar, y luego intentó Rodrigo Battaglia con un cabezazo desviado. Pero no iba a haber premio para el visitante, por lo menos en la primera mitad.
Del lado local, Central apostó por la resistencia y por tratar de encontrar algún contraataque que casi nunca llegó. El local sólo pudo encontrar algo de aire en la presión del Mineiro cuando la pelota pasó por los pies de Malcorra y Campaz por el andarivel izquierdo, pero sin llegar a generar ocasiones de riesgo para Éverson, que pasó una noche tranquila. Módica, el único delantero del Canalla, quedaba encerrado entre los centrales brasileños, en una batalla en la que perdía de manera sistemática.
Mineiro bajó un poco la intensidad en la segunda parte, y así el equipo rosarino logró salir del asedio. Tuvo su primera y única situación clara cerca de los 15 minutos, cuando O’Connor habilitó a Campaz; el colombiano encontró campo por la izquierda, pero su intento al primer palo salió desviado. No volvería el equipo local a tener otra situación favorable.
El equipo brasileño pareció quedarse sin ritmo, falto de ideas para quebrar a un adversario replegado. Milito decidió mover piezas: adentro Igor Gomes y Alisson para tener más dinámica en ataque, más el chileno Eduardo Vargas como delantero.
Esos cambios le permitieron romper el cero a cuatro minutos del final: Alisson inició la jugada por la derecha y combinó con Paulinho, que devolvió el recién ingresado; mandó el centro hacia atrás que Vargas no pudo conectar, pero sí lo hizo Paulinho, que encontró el balón manso para definir con un remate esquinado.
Mientras Mineiro ya piensa en los octavos de final, Central hace cuentas. Primero, deberá ganarle el jueves 16 al Caracas, y esperar que el equipo brasileño le arrebate al menos un empate a Peñarol en Uruguya; el martes 28, en la última fecha, y dependiendo de los resultados de la próxima jornada, deberá conseguir un buen resultado en Montevideo frente al Carbonero.
La síntesis
LA NACION