La investigación por la muerte de Diego Fernández Lima, el joven cuyos restos fueron hallados en una casa vecina a la que vivió Gustavo Cerati en el barrio porteño de Coghlan, continúa su curso y este lunes el fiscal a cargo del caso le tomará testimonio a distintos testigos. En ese contexto, el principal sospechoso del hecho, Cristian Graf, se presentó de manera espontánea en la sede judicial para conocer su situación.
Graf tiene 56 años, era compañero de Diego en la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N° 36, y para la Justicia es uno de los principales apuntados de su “muerte violenta e intento de descuartizamiento” porque los huesos del adolescentes fueron encontrados por un grupo de albañiles que trabajaban en la vivienda donde residía. Actualmente, en ese chalet -lindero a la propiedad que alquilaba el ex Soda Stereo- vive su madre.
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Según pudo reconstruir este medio, el hombre se hizo presente por la mañana en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61, a cargo de Martín López Perrando, aunque no está imputado actualmente por el hecho y tampoco había sido llamado a dar declaración como testigo. De todas formas, se le informó que en caso de ser necesario tendría a su servicio la asesoría pública de defensa.
Mientras, continúa la incertidumbre para saber qué pasó con el joven que fue visto por última vez en julio de 1984, cuando tenía 16 años y había salido de su casa, ubicada en el barrio de Villa Urquiza. En ese contexto, este lunes brindarán su testimonio tres excompañeros del colegio de Fernández, que se pusieron a disposición de la Justicia.
Además, harán lo mismos tres obreros que estuvieron trabajando en la vivienda que se encuentra en avenida Congreso al 3742, donde realizaban algunas remodelaciones y estaban levantando una medianera. En ese momento, dieron con una fosa en la que se encontraban 150 huesos con diferentes elementos, que luego se descubrió que pertenecían a Diego.
La semana pasada, uno de los trabajadores dio a conocer que cuando le hicieron saber a Graf que habían hallado los restos óseos, el hombre dialogó tranquilo con ellos y mencionó tres teorías acerca de cómo pudieron haber llegado a ese lugar. Primero señaló que en ese terreno antes existió una iglesia y que esos podían ser los huesos de un cura que habían enterrado.
Luego, habría hablado de un viejo establo y de la compra de toneladas de tierra que había hecho para nivelar la pileta, diciendo que los restos podrían haber estado allí, según consignó el medio Infobae.
Un antiguo compañero de colegio de Graf se había contactado con las autoridades y sostuvo que el sospechoso y la víctima eran amigos. También explicó que Diego, que jugaba el fútbol en el club Excursionistas, tenía una moto y que supuestamente Cristian se dedicaba a reparar este tipo de vehículos.
Por el momento no hay ninguna imputación ni medida posible de detención contra el ex compañero de Fernández Lima, aunque sí existen sospechas frente a la aparición de los huesos en el chalet que pertenece a la familia Graf desde la década de 1970. Se espera que el trabajo de la Justicia avance para determinar si la causa está prescripta y, si se detecta a un posible responsable, éste pudiera llegar a enfrentar otro tipo de proceso, como un «juicio por la verdad».
Cómo hallaron los restos de Diego Fernández
Los huesos del adolescentes fueron encontrados de casualidad por los albañiles, cuando se produjo un derrumbe en el terreno. El detalle que ayudó a que el caso tomara notoriedad es que allí había vivido Gustavo Cerati, quien le alquiló la casona a la artista Marina Olmi, hermana de Boy Olmi, entre 2001 y 2003.
Entre los elementos que estaban junto a los restos, la Policía encontró una suela de zapato número 41, un corbatín de colegio, un llavero naranja con una llave, una moneda de 5 yenes que el joven tenía como amuleto y el reloj Casio. Luego, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) logró identificar los huesos, y señaló que pertenecían a Diego Fernández Lima, desaparecido hace 41 años.
Los peritos identificaron que había una lesión compatible con una puñalada a la altura de la cuarta costilla derecha. También, que el cadáver presentaba ciertos cortes que por la ubicación anatómica se suelen dar cuando se trata de desmembrar un cuerpo. «A todas luces fue una muerte violenta«, aseguró Analía González Simonetto, coordinadora del laboratorio del EAAF.
FP/ff