En medio del alarmante crecimiento de la inseguridad en la Capital Federal de Jorge Macri, un nuevo caso sacude al barrio porteño de Parque Chacabuco: Mario Villanueva, un jubilado de 79 años, murió de un infarto en su casa tras un violento robo cometido por al menos dos delincuentes, con la presunta complicidad de su cuidadora. El hecho pone otra vez bajo la lupa la falta de prevención y control del delito en la Ciudad de Buenos Aires.
La inseguridad en la Ciudad de Buenos Aires volvió a cobrarse una vida. En la madrugada del lunes, cerca de las 3 de la mañana, dos delincuentes ingresaron a una vivienda de dos plantas sobre la calle Del Barco Centenera, casi esquina José Manuel Estrada, a solo 300 metros de Parque Chacabuco. Allí residía Mario Villanueva Moure, ciudadano español de 79 años, que sufrió un infarto y murió durante el asalto.
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La vivienda no presentaba señales de haber sido forzada: los atacantes habrían trepado la reja del frente y entrado sin hacer ruido. Una vez dentro, redujeron a Villanueva y a su cuidadora —una joven de 20 años— y los encerraron en una habitación mientras revolvían la casa en busca de objetos de valor.
Fue la propia cuidadora quien, tras la huida de los ladrones, pidió auxilio. Un vecino llamó al 911 y al SAME. Al llegar al lugar, el personal médico confirmó que Villanueva había fallecido. “A priori, no se observaron signos de violencia en el cuerpo”, señalaron fuentes del caso, aunque se espera el resultado de la autopsia para determinar si la muerte fue producto de un paro cardiorrespiratorio o si existieron otros factores.
Sin embargo, lo que en principio parecía ser un trágico hecho más de inseguridad urbana dio un giro impactante: la cuidadora terminó confesando ante la Policía de la Ciudad haber liberado el acceso a los delincuentes y que uno de ellos es familiar suyo. La joven fue detenida, acusada de actuar como entregadora. El otro ladrón sería un amigo del familiar involucrado. Ambos permanecen prófugos y son intensamente buscados.
La investigación, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal N°9, liderada por el fiscal Lucio Herrera y la secretaria Cecilia Kelly, avanza con el análisis de cámaras de seguridad de la zona. En paralelo, la División Homicidios de la Policía de la Ciudad trabaja para dar con los autores materiales del hecho, mientras la Policía Científica continúa las pericias en la vivienda.
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Vecinos del barrio se mostraron conmocionados. Guillermo, un residente de la cuadra, expresó sus dudas respecto de la cuidadora: “No entiendo cómo salió de la habitación donde supuestamente estaba encerrada”, cuestionó. También sugirió que podría haber ayudado a abrir una segunda puerta para facilitar el acceso de los ladrones.
Otro testimonio recogido por los medios refuerza el dolor que dejó la pérdida. Una vecina, visiblemente angustiada, contó a los medios que Mario era viudo, había sufrido un ACV y era padre de dos hijos. “Era una excelentísima persona, de las que tendría que haber más en este país y de la que cada vez hay menos”, expresó entre lágrimas.
Villanueva había sido empleado de la aerolínea española Iberia. Llevaba muchos años viviendo en el barrio y era muy querido por su comunidad. La falta de respuestas preventivas por parte del gobierno de la Ciudad frente al avance del delito se hace cada vez más insostenible, incluso en zonas donde históricamente se sentía cierta protección.