Selecciones indomables, un puntaje perfecto, fracasos abrumadores y una goleada estremecedora: la fase de grupos de la Copa América femenina, que finalizó el viernes en Quito, dejó varios retratos del nivel futbolístico en Sudamérica. El torneo se reanudará mañana desde las 21 con la primera semifinal entre Argentina y Colombia. Y el martes a la misma hora se cruzan Brasil y Uruguay.
Argentina, gran campaña. La única vez que Argentina se coronó campeona, en 2006, también consiguió un puntaje perfecto en la fase de grupos. Para sus futbolistas, las doce unidades cosechadas en el torneo son señal de buen augurio.
“Es un orgullo”, comentó la delantera Yamila Rodríguez. “No sabíamos qué tan perfecto nos iba a salir en el grupo, pero bueno, salió, y salió lindo”, agregó la máxima goleadora de la edición de 2022.
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Tras liderar el Grupo A, su próximo rival será el elenco cafetero, que las venció 1-0 en las semifinales del certamen pasado. “Argentina viene con una serie perfecta y nosotras con hambre”, dijo la defensora colombiana Daniela Arias.
Brasil, la reina indiscutible. La selección de Brasil convierte en su casa cualquier campo que pisa. Con un nivel de juego por encima de la media sudamericana, el equipo más laureado de la Copa América persigue su novena corona. Tras ganar el Grupo B con 10 puntos en cuatro partidos, el primer obstáculo para alcanzarla será Uruguay, cuya mejor posición fue un tercer puesto en la edición de 2006.
Veloz, con una técnica excelsa y físicamente superior a sus rivales, la Canarinha de Arthur Elias, uno de los técnicos más destacados del continente, sabe cómo imponer su juego y acorralar a los contrincantes.
En Brasil “no hay un equipo titular definido porque vamos a necesitar a todas las jugadoras, tener un ritmo, mucha solidaridad y que todas estén preparadas”, explicó la legendaria atacante Marta, de 39 años.
Con más pena que gloria. Bolivia, con un nivel casi amateur, fue humillada. Recibió cuatro goleadas y acumuló 25 tantos en contra en cuatro partidos. Apenas pudo marcar uno, un registro ofensivo igual de decepcionante al de Perú.
El rostro de frustración y decepción entre las jugadoras bolivianas fue la postal del equipo dirigido por la argentina Rosana Gómez.
Al igual que Bolivia, Perú fue incapaz de al menos igualar en alguna de sus actuaciones. Su gran mérito: perder apenas por 1-0 ante la imbatible Argentina. Las dos selecciones quedaron en el fondo de las tablas de los sus grupos.