El sábado, la Argentina elevó su seguridad a nivel “medio” y llevó la seguridad de las embajadas en Oriente Medio a nivel “alto”, indicó a Perfil una alta fuente del gobierno nacional.
En un marco de fuerte hermetismo, el Gobierno sigue con expectación el desarrollo de los acontecimientos en la región. Cumpliendo con su advertencia de que respondería al reciente bombardeo de los Estados Unidos a instalaciones nucleares en Natanz, Isfahan y Fordow, Irán lanzó hoy misiles balísticos contra la base aérea estadounidense Al-Udeid en Qatar, la más grande en la región y donde opera el mando central de las fuerzas norteamericanas en Oriente Medio. Funcionarios del Departamento de Defensa de EE.UU. confirmaron el ataque iraní y dijeron que no había constancias de bajas, según la agencia France Press.
Hasta el momento, el Gobierno no se pronunció formalmente sobre la situación en la región. El presidente Javier Milei, sin embargo, reposteó en redes sociales el domingo mensajes de apoyo a la operación ordenada por Donald Trump, que sumó a los Estados Unidos a una guerra abierta contra Teherán. Entre otros, Milei reprodujo el mensaje de ministro de Defensa Luis Petri, quien destacó que la Argentina está “del lado correcto de la historia”. “¡Mañana el mundo despertará más libre y en paz! Fuimos víctimas del terror de Irán y lo pagamos con sangre de inocentes. ¡Gracias presidente Milei!, dijo Petri en la medianoche del sábado, tras la operación militar estadounidense.
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En América Latina, Brasil, Chile, Bolivia, Venezuela y Cuba condenaron el ataque de EE.UU. a las instalaciones nucleares iraníes. La cancillería brasileña, dijo el domingo que la operación estadounidense representa una violación de la soberanía iraní y del derecho internacional y expresó su “grave preocupación” por las consecuencias de la escalada militar en Oriente Medio.
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Brasil extendió su rechazo a las incursiones de Israel sobre el complejo nuclear iraní, ratificó su posición en favor del “uso exclusivo de la energía nuclear con fines pacíficos”, principio que ha defendido históricamente junto a la Argentina. “Cualquier ataque armado a instalaciones nucleares representa una grave amenaza para la vida y la salud de las poblaciones civiles, al exponerlas al riesgo de contaminación radiactiva y a desastres ambientales a gran escala”, dice el comunicado de Itamaraty,
Es un dato de interés. El Gobierno de Milei ha tomado distancia de la postura tradicional respecto de la no proliferación nuclear, sobre la que la Argentina, junto a su principal socio comercial, tiene probadas credenciales.
Con una larga tradición en materia nuclear, la Argentina ha sido desde durante décadas uno de los países más activos en materia de no proliferación y favorable al uso exclusivamente con fines pacíficos. Ha adherido a numerosos acuerdos y convenciones que implican la asunción de compromisos y obligaciones, entre otros, el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe, conocido como Tratado de Tlatelolco, de 1994; el Tratado de No proliferación nuclear, firmado en 1995, y el acuerdo con Brasil para la Aplicación de Salvaguardias. Firmado en 1991, junto con la instrumentación de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (Abacc) con el Organismo Internacional de Energía Atómica (la OIEA, que dirige el argentino Rafael Grossi), representan la decisión estratégica de la Argentina y Brasil de transparentar su uso de la energía nuclear.
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El interés de seguridad y de política exterior de la Argentina se ha centrado en que las zonas libres de armas nucleares, de la que América latina es ejemplo global, se consoliden en el planeta. Sin embargo, como informó Perfil en noviembre pasado, contradiciendo su posición histórica, la Argentina rechazó un proyecto de resolución de la Asamblea General de la ONU aprobado por abrumadora mayoría que recomienda un estudio sobre las zonas libres de armas nucleares en el planeta y la incorporación de nuevas regiones, entre las que menciona a Medio Oriente. Esa resolución recibió 172 votos a favor y solo dos en contra: los de Israel y la representación argentina. El entonces gobierno demócrata de los Estados Unidos acompañó la resolución, igual que todas las naciones de Occidente.
La decisión tomada en Nueva York contradice un pronunciamiento anterior de la Argentina en el mismo foro y con el mismo gobierno. En una contribución a la resolución 78/17 de 2023, en marzo del año pasado, la representación argentina sostuvo su “claro apoyo al establecimiento y consolidación de Zonas Libres de Armas Nucleares (ZLAN)”. Sobre la cuestión en Medio Oriente afirmó: “La Argentina ha sostenido la importancia de establecer una Zona Libre de Armas Nucleares y otras Armas de Destrucción Masiva en Medio Oriente, entendiendo que ello significaría un paso trascendental para el proceso de paz en la región. Se espera que ello pueda ser consensuado libremente por los Estados participantes”.
Si bien busca la destrucción del programa nuclear iraní, Israel suele oponerse a cualquier medida que pretenda establecer una zona libre de armas nucleares en el Medio Oriente y es también el único país de esa región que no es parte del Tratado de No Proliferación Nuclear. Se presume que Israel cuenta con armas nucleares desde la segunda mitad del siglo pasado, aunque nunca lo admitió.