El equipo de Finanzas procura cerrar la ingeniería financiera que le permita conseguir los dólares necesarios para cumplir con la meta de reservas internacionales que se comprometió ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el acuerdo de abril.
Si el espíritu de ese entendimiento era que el Banco Central comprara los dólares suficientes durante la primera mitad del año en la que por estacionalidad el campo liquida la mayor parte de las divisas, eso no se cumplirá. El equipo que encabeza Luis Caputo decidió que la baja de la inflación es prioridad de la política económica en año electoral y, por lo tanto, retiró a la entidad del mercado para evitar así presionar sobre el tipo de cambio y como consecuencia incrementar el nivel de precios.
Los economistas entienden que por vía de préstamos estaría el Gobierno en condiciones de cumplir la meta de junio, a lo que se suma la posibilidad de que el propio Tesoro Nacional compre “en el medio de la banda”, como se dice en el mundo financiero, lo que quiere decir, por encima de los $1000.
De ser así, el Palacio de Hacienda estaría yendo marcha atrás con una de las promesas de que no van a intervenir en el mercado ni a través del BCRA ni del Tesoro.
Milagros Gismondi: «tienen pesos para comprar»
Milagros Gismondi, de Cohen Argentina, recuerda que “el equipo económico antes había dicho que ni el Central ni el Tesoro iban a adquirir dentro de la banda, pero podría ser, sobre todo porque hace un tiempo le pasó utilidades del año pasado”, explicó la economista quien indico que el Gobierno “tiene los pesos como para comprar”.
Gismondi, en cambio, ve más probable que el Ministerio de Economía haga una segunda colocación de Bonte 2030 “dado que tuvo un buen debut en el mercado secundario”. “Sería la principal alternativa”, explicó.
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Fuente: Cohen Argentina
“La ventaja que tiene es que si bien marca un precio para la divisa -el de la primera colocación fue de un dólar de $1.148- no es compra y entonces no presiona sobre la demanda”, indicó.
De hecho, el mercado de dólares tiene una alta demanda, algo que se demuestra en que si bien el campo liquida exportaciones el tipo de cambio no cae. El problema estaría en que aparezca otro demandante fuerte que presione sobre los precios.
Hay que recordar que en la primera colocación del bono “peso linked” entre inversores internacionales, el Tesoro captó u$s1.000 millones, pero a una tasa levemente superior al 29% cuando el mercado esperaba a lo sumo del 23%. Por eso para la economista ese recurso tiene límites. “No es sostenible”, explicó.
La analista de Cohen Argentina agregó que “tras la firma del acuerdo el Gobierno dejó bastante en claro que su principal o su prioridad es la inflación y mantener el tipo de cambio a raya”.
Números formalmente dentro de las metas
De ese modo, aunque los números a mitad de año estén dentro de las metas, es posible que el FMI vuelva a recalcar al Gobierno argentino que tiene que demostrar que el modelo es capaz de acumular dólares sin necesidad de pedirlos prestados.
Según indica el acuerdo, el Gobierno tiene que haber sumado a las reservas u$s4.500 millones con relación al saldo de diciembre. Unos u$s2.000 millones los aportarían los organismos internacionales con desembolsos. Los u$s2.500 restantes tendrían que ser compras en el mercado o más préstamos, que es lo que está buscando Caputo.
Leonardo Anzalone, director del Centro de Estudios de Política y Economía (CEPEC) consideró que si el Tesoro interviniera en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) comprando por encima de los $1.000 “sería muy sano”.
“Si tienen superávit fiscal es para responder a las necesidades que tenga el propio programa económico y en este caso eh la acumulación de reservas”, señaló. Pero para Anzalone el Gobierno ya tendría u$s3.000 millones en la cuenta del BCRA y necesitaría otros u$s1.000 millones, que podrían llegar un de REPO.
Más allá de la alternativa de que el Tesoro compre dólares, Anzalone cree que el Gobierno “puede pasar la revisión” de junio del FMI con divisas prestadas. Es lo que el ex director argentino ante el FMI Héctor Torres denomina “reservas alquiladas”. El director del CEPEC cree que, si la revisión es antes de la segunda mitad de junio, antes del pago de cupones de bonos que vencen en julio, Luis Caputo, alcanzará la meta.
Del mismo modo, el economista Gabriel Caamaño dijo que si el Tesoro interviniera en el medio de la banda “es un paso en la dirección correcta” lo que demostraría flexibilidad del equipo económico ante los diferentes escenarios.