YPF abandonó el proyecto para construir una megaplanta de Gas Natural Licuado (GNL), que en principio estaba previsto hacer en Bahía Blanca pero que Javier Milei ordenó mudar a Río Negro por la pelea con Axel Kicillof.
El presidente de la petrolera estatal, Horacio Marín, confirmó –según publica LPO- que YPF no consiguió socios para construir la planta y ahora apostará a instalar buques de licuefacción en la costa para exportar el gas de Vaca Muerta.
Marín le confirmó al diario Río Negro que no habrá «planta onshore» y que YPF se concentrará en los acuerdos para exportar mediante el uso de barcos, una inversión de mucho menor escala que la planta que se estimaba podría llegar hasta los 50 mil millones de dólares.
La decisión se tomó menos de un año después del anuncio de la «mudanza» a Río Negro, a lo que siguió la decisión de la malaya Petronas de retirarse del proyecto. El gobierno de Milei había hecho trascender que la angloholandesa Shell la reemplazaría. Pero nada de eso sucedió.
El caso de la planta de GNL es un síntoma más de los problemas que tiene Milei para que se concreten en la realidad los buenos deseos que le expresan los empresarios en reuniones y por las redes sociales. Hasta ahora las inversiones productivas marchan muy lento y los proyectos del RIGI no despegan.
Según Marín, YPF apostará a los acuerdos con otras empresas para instalar barcos. El más avanzado es el proyecto de PAE y Golar para instalar el buque «Hilli Episeyo» en el Golfo San Matías, un plan al que YPF se sumó este año. La idea es que se sume un segundo buque.
Por otro lado, YPF tiene un preacuerdo con Shell para instalar un buque en la zona de Punta Colorada y otro memorándum de entendimiento con la italiana ENI también para instalar un buque licuefactor en la costa.
«Serían todos near floting NLG, que son barcos fábrica que están cercanos a la costa y que todos los servicios, como energía, agua y más, se hacen desde la tierra y eso logra una eficiencia mayor en los barcos que lo hace más rentable y más posible», argumentó Marín.
«Además, los tiempos son mucho más rápidos -que los de construcción de una planta terrestre- y son todos llave en mano, en donde vos sabés exactamente lo que te va a costar», agregó al diario Río Negro.