El municipio de Ituzaingó decretó el cierre definitivo del boliche Club Leloir, uno de los espacios nocturnos más emblemáticos del oeste bonaerense, tras años de controversias y un desenlace trágico: el asesinato de Ezequiel Altamira, un adolescente de 16 años, en octubre de 2024.
La decisión, anunciada por el intendente Pablo Descalzo, marca el fin de una era para un local que congregó a generaciones de jóvenes, pero también expone fracturas profundas en la gestión de la seguridad y el cumplimiento normativo en espacios de esparcimiento masivo.
EL CRIMEN QUE ACELERÓ EL FINAL
En la madrugada del 26 de octubre de 2024, Ezequiel Altamira esperaba un auto de aplicación a metros del Club Leloir cuando fue interceptado por cuatro jóvenes. La patota lo golpeó con saña, le robó sus pertenencias y lo dejó inconsciente con una fractura de cráneo que derivó en su muerte días después.
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El asesinato del adolescente llevó al cierre del famoso boliche
Foto: Primer Plano
Tres de los acusados —dos de 14 años y uno de 15— fueron derivados a un instituto de menores, mientras que el cuarto, de 17, enfrenta cargos por homicidio en ocasión de robo. El episodio no fue un hecho aislado, sino la gota que rebalsó el vaso para un municipio que ya registraba múltiples denuncias contra el establecimiento.
Según Descalzo, el boliche operaba como un foco de irregularidades: «Han incumplido con algo que se les solicitó de la Municipalidad», declaró al medio Primer Plano, en referencia a las advertencias por falta de controles de seguridad perimetral y venta de alcohol a menores durante fiestas de egresados. Las autoridades detectaron que el local seguía organizando eventos para adolescentes sin supervisión adecuada, violando normativas locales que exigen protocolos estrictos para este tipo de reuniones.
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Aunque el cierre definitivo se atribuye al homicidio de Altamira y los incumplimientos reiterados, el Club Leloir ya había sido clausurado temporalmente en abril de 2024 por albergar una operación de la empresa Worldcoin, que escaneaba iris a cambio de dinero sin autorización municipal.
PABLO DESCALZO CONFIRMÓ QUE EL BOLICHE CLUB LELOIR NO VOLVERÁ A ABRIR SUS PUERTAS
La práctica, denunciada por el secretario de Gobierno Juan Manuel Álvarez Luna, generó alarma por el uso desconocido de datos biométricos: «Nadie sabe qué hacen con esa información», advirtieron desde el municipio. Este episodio evidenció la laxitud en los controles del establecimiento para actividades no declaradas.
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ENTRE LA INSEGURIDAD Y LA NOSTALGIA
Ubicado en una zona neurálgica del conurbano, el Club Leloir fue durante décadas un punto de encuentro para miles de jóvenes. Su cierre no solo afecta a la noche ituzainguense, sino que reaviva el debate sobre la responsabilidad de los locales ante hechos de violencia en sus inmediaciones.
La medida fue justificada como una forma de «proteger a los vecinos», aunque reconocen que el vacío dejado por el boliche podría trasladar los riesgos a otros espacios.