Una imagen desoladora sacude al centro de Neuquén: colchones apilados, mesas, sillas y bolsas con ropa forman una vivienda improvisada en plena calle Jujuy al 500. Allí, Josefina, su pareja y su hija de 15 años intentan resguardarse tras haber sido desalojados brutalmente el martes pasado.
La familia cayó en una estafa: les alquilaron una vivienda que no estaba en alquiler. Tras pagar la totalidad del supuesto contrato, fueron expulsados sin previo aviso. No tenían otro lugar adonde ir, ya que previamente habían dejado un monoambiente prestado en el barrio Unión de Mayo.
Josefina, desesperada, pide ayuda para encontrar un techo y proteger sus pocas pertenencias. Mientras tanto, vecinos les acercan agua fría, comida y les permiten usar los baños de algunos comercios cercanos.
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Foto: LMN.
La vida en la calle: una menor entre el caos
La historia de Morena, la hija de 15 años, es la que más preocupa. Cada noche, duerme entre frazadas en la vereda y junto a su novio intenta sobrellevar la situación. «Hicimos como una casita con los colchones y frazadas, pero mis papás se quedan despiertos para cuidar las cosas y que no nos roben», relató la joven.
Al igual que sus padres, vende sahumerios, pañuelos y curitas para intentar generar algo de dinero. Sin embargo, la incertidumbre pesa más que cualquier necesidad material.
Desde el Ministerio de Gobierno, el director de Vulnerabilidad, Lucas Porro, confirmó que Josefina recibe ayuda estatal desde hace años. En los últimos tres meses, se le otorgaron dos subsidios de $350.000 cada uno para alquilar, pero nunca logró concretar un contrato.
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El funcionario fue contundente: «No vamos a cortar la ayuda, pero deben conseguir un alquiler. Nos preocupa Morena, no podemos hacer la vista gorda». Incluso, recordó que el año pasado la Defensoría intentó ingresarla a un hogar, pero la joven se escapó.