Al malestar de los últimos días del plantel de San Lorenzo con los dirigentes por deudas y atrasos en los pagos, en Córdoba le agregó un alarmante déficit futbolístico. La tesorería no responde y el equipo tampoco dio el presente en la dura derrota ante Instituto, que pudo ser más amplia, con cifras de goleada. La inquietud de los jugadores pasa por las promesas incumplidas para saldar premios de la Copa Libertadores, sueldos (en algunos casos, hasta tres meses) y primas. La impaciencia de los hinchas, basta echarle una mirada a los foros o las redes sociales, se potencia por la palidez de un equipo en el que la ilusión y la interesante perspectiva que despierta Iker Muniain se agotan por el escaso acompañamiento del resto.
Leandro Romagnoli no ocultó la realidad: “Es una derrota que de positivo no deja nada, no hicimos un buen partido, lo sufrimos en todo momento. Nos cuesta cuando los rivales nos empiezan a jugar más directo. El equipo ahí sufre más, nos pasó en el primer gol cuando rechazamos, perdemos el rebote y no marcamos en el área”.
Desolador rendimiento de San Lorenzo. Cortísimo de juego, superado en despliegue e intensidad por Instituto, el Ciclón fue inexpresivo, condicionado por el mal manejo de la pelota, salvo cuando Muniain mostraba el camino con su toque, pausa y panorama. El criterio futbolístico del español resaltaba en el desorden general de su equipo, pero por la falta de socios San Lorenzo sacaba poco provecho de las virtudes del N° 80.
San Lorenzo no tuvo a Romaña, un zaguero que se impone por poderío físico, y su reemplazante, el juvenil Daniel Herrera, a quien Romagnoli hizo debutar hace menos de cuatro meses, no dio garantías. Nervioso, impreciso con la pelota y desubicado en la marca, propició más de un avance del impetuoso Instituto. Durante varios pasajes, al margen de las intervenciones de Muniain, lo mejor de San Lorenzo estaba en las atajadas del no siempre confiable “Chila” Gómez. Sacó dos cabezazos de Puebla, a quien también le cortó una entrada arrojándose a los pies, y cortó un centro peligroso de Suárez.
Lo más destacado de Instituto 2 – San Lorenzo 0
No la pasaba bien San Lorenzo, con Irala y Remedi sin agarrar el timón en el medio, Cerrutti aislado en una punta y Bustos sumido en la intrascendencia. Aun con escasa claridad, Instituto empujaba por la victoria, presionaba para llegar rápido al área rival.
Esa insistencia tuvo premio a los 39 minutos, en medio de una congestión de jugadores en el área de San Lorenzo a la salida de un córner; el remate de Bay se desvió en un jugador y la pelota le cayó en el segundo palo a Requena, habilitado por Munian en el momento de rematar para el 1-0. Octavo partido de la Liga Profesional en el que el Ciclón queda en desventaja.
A San Lorenzo se le acumulaban las preocupaciones, que pudo aliviar cuando Bustos desperdició el empate en la única ocasión favorable en la primera etapa. Como no podía ser de otra manera, intervino Muniain con un toque limpio, en medio de la agitación en el área, para dejar a Bustos en posición de definición, pero el remate del ex Talleres fue bloqueado por Requeña. Esa ocasión de gol era un tesoro para la pobreza que exhibía el Ciclón.
No hubo reacción en el comienzo del segundo período. Instituto desnudaba a San Lorenzo hasta con un lateral en ataque, en una pelota que le llegó a Puebla para una definición que dio en un poste. Un cabezazo de Batallini en un córner también pudo ser el 2-0.
El partido le demandaba a Romagnoli su intervención desde el banco porque su equipo no iba a ningún lado, o mejor dicho, se encaminaba a una derrota segura si no movía fichas y una actitud más decidida. Entraron Leguizamón y Reali por dos jugadores con un nivel muy bajo: Cerrutti e Irala. Pasó a tener un esquema 4-1-4-1 que a Instituto lo hizo retroceder un poco como primera respuesta preventiva.
Al menos San Lorenzo era un poco más insinuante. Exigió a Roffo con un cabezazo de Remedi tras un tiro libre en forma de centro de Reali.
La única sonrisa de Muniain era en una conversación con el árbitro Merlos, seguramente por cuestiones del fútbol argentino que difieren mucho del español. En su segundo partido como titular, Muniain pareció sentir el cansancio en el segundo tiempo, decayó su participación y perdió algunas pelotas. Igual le quedó un rapto de lucidez para ver una corrida de Leguizamón, cuyo remate cruzado fue el último y aislado sofocón para Instituto.
San Lorenzo tampoco pudo por acumulación de delanteros, con los ingresos de Andrés Vombergar y Francisco Fydriszewski. La falta de un plan iba más allá de nombres y puestos. El conjunto de Dabove, en cuanto retomó la iniciativa, armó una jugada con varios pases que Russo aprovechó de frente al arco para el 2-0. Debacle total para San Lorenzo, ya no podía apostar ni a un acierto aislado para disimular una producción negativa por donde se la mire.
En el puesto 25° e inmerso en dificultades económicas, los números de San Lorenzo son todos en rojo.
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