El vocero presidencial, Manuel Adorni, compartió un video en sus redes sociales sobre los gastronómicos de la ciudad de Buenos Aires que no pararon en medio de la medida de fuerza de 24 horas convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT). “Adorni – Los gastronómicos 2031″ ironizó el portavoz de Javier Milei.
“Señor Presidente de la Nación, señor secretario de Trabajo. Queremos decirles los trabajadores gastronómicos, que representamos a los trabajadores gastronómicos de la Ciudad de Buenos Aires y de todo el país, que nosotros no hemos parado”, comenzó Juan Castro, secretario Administrativo de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA).
Tras ello, agregó: “Creemos que es una injusticia lo que se está haciendo contra este gobierno porque a tan pocos días de haber asumido, que hayan tomado esta medida inconsulta, intempestiva, y que sólo persigue los beneficios de los dirigentes sindicales, no corresponde”.
“Los trabajadores de esta casa, los gastronómicos de la Ciudad de Buenos Aires no paramos y estamos esperando que a este gobierno le vaya bien porque al país le va a ir bien”, cerró.
En su cuenta de X, el portavoz ironizó: “Adorni – Los gastronómicos 2031″, por las elecciones presidenciales que corresponden a ese año.
Tal como publicó LA NACION, el sector gastronómico adhiere al paro, aunque con reparos. Hubo una respuesta dispar por parte de los encargados de abrir los locales gastronómicos, pero se debió, principalmente, a la falta de transporte para que llegue el personal. La seccional porteña del gremio de los gastronómicos, a cargo de Dante Camaño, no adhirió a la huelga a pesar del llamado de la conducción nacional, a cargo de Luis Barrionuevo.
El apoyo de los gastronómicos porteños a la administración libertaria se da en medio de una interna en el sindicato. Y es que su principal referente nacional, Barrionuevo, antes apoyaba la candidatura de Milei, y hace unos meses le dio la espalda.
El transporte, transformado en la clave del éxito de la medida, respondió en forma casi total a la convocatoria gremial, a pesar de que hubo líneas de colectivos activas, y es por eso del vacío de las calles. Los comercios fueron los que exhibieron mayor nivel de actividad, y en las calles se notó el efecto de la huelga, pero se mantuvo un flujo de movimiento de gente.
Sin embargo, en el sindicalismo celebran la contundencia del paro y hablan de la medida más fuerte de los últimos 20 años. Destacan, además, una salvedad: no hubo cortes y piquetes, como sucedió en las huelgas que se le activaron a las diferentes gestiones kirchneristas y a la de Cambiemos.
La adhesión casi total de los gremios del transporte, el músculo más vigoroso para garantizar alto acatamiento en una huelga, condiciona el normal funcionamiento de actividades que no están dispuestas a paralizarse.
El Gobierno tomó nota de esta cuestión y desplegó inspectores de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte para verificar que las empresas de colectivos presten servicios. El Estado tiene un rol decisivo porque es el que aporta los subsidios, sobre todo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Según la evaluación que se hizo en la Casa Rosada, el 40% de los colectivos está funcionando.
LA NACION