Después del sumario iniciado la semana pasada al Banco Galicia por presuntas irregularidades en operaciones con bonos y seguros de liquidez, la entidad sufrió la baja de un ejecutivo de la «mesa chica». Se trata de Pablo León, vicepresidente ejecutivo de Finanzas y gerente de la mesa de operaciones, quien renunció en las últimas horas a su cargo por «motivos personales», según confirmaron fuentes de la empresa.
La noticia fue leída en el mercado financiero como una señal para aquietar las aguas con las autoridades. El banquero es también presidente del Mercado Abierto Electrónico (MAE), la principal plaza de operaciones de acciones y bonos. El ejecutivo fue reelecto el 9 de abril pasado para encabezar el directorio, antes de la investigación iniciada por la Comisión Nacional de Valores (CNV) el lunes de la semana pasada.
León inició su carrera en el banco en 1995 como jefe de operaciones, se convirtió en jefe de la administración de activos en 2001 y desde 2009 pasó a presidir la mesa de operaciones como vicepresidente ejecutivo de Finanzas, fue designado presidente del directorio de Inviu (la fintech del grupo) y de Galicia Securities (su sociedad de bolsa), dos empresas del grupo financiero que aparecen mencionadas en el expediente oficial.
A raíz de la apertura de dicho sumario, el banco informó la semana pasada que inició una «investigación interna» para analizar las operaciones cuestionadas y emitir su descargo ante la CNV. Según fuentes oficiales, la empresa todavía no presentó su respuesta y tiene aún tiempo para hacerlo. En ese sentido, explicaron que el procedimiento administrativo para llegar a una resolución definitiva puede demorar hasta 3 años.
El organismo regulador abrió el sumario por pedido expreso del titular Banco Central, Santiago Bausili, quien puso la mira en el mayor banco privado del país. La autoridad monetaria tiene pendiente aprobar la compra anunciada el 9 de abril pasado del HSBC por parte del Galicia por US$ 550 millones, una operación que incluye el Banco, Asset Management y Seguros junto a la deuda emitida por la entidad británica. «Está en trámite», señalaron fuentes oficiales.
La CNV investiga la posible «manipulación» y «afectación artificial de los precios» para aumentar el valor de los títulos de deuda y luego vendérselos a la autoridad monetaria mediante seguros de liquidez, conocidos como puts u opciones de venta. La sospecha es que el Banco Galicia «infló el precio artificialmente al cierre de la rueda, sabiendo que iba a ejercer esa opción de liquidez al día siguiente».
La entidad ejecutó los puts por $ 113 millones el 21 de febrero pasado, lo que forzó al Banco Central a comprarle los bonos duales con vencimiento en enero de 2025 (TDE25) a un valor supuestamente superior al que debería haber correspondido a partir de una «posible actuación concertada» entre la entidad y sus sociedades Galicia Securities e Inviu, presididas por León. Esas operaciones arrojaron una ganancia extra de $23.072 millones, según el sumario.
Ese tipo de intervención es una práctica denominada como “Wash Trade” o “negociación lavada” por la cual entidades pertenecientes al mismo grupo económico son comprador y vendedor de la misma transacción, con operaciones «ficticias» para crear la apariencia de un mercado activo para el respectivo valor. Según el expediente, ese posible accionar habría permitido la ejecución de los puts para obtener un precio favorable en beneficio del grupo financiero.
Los puts se crearon en julio de 2022 para frenar el derrumbe de los bonos, tras la salida abrupta de Martín Guzmán del Ministerio de Economía. Ante la crisis desatada por el rescate masivo de fondos vinculados a títulos ajustados por inflación (CER), la exministra de Economía Silvia Batakis y luego Sergio Massa acordaron con los bancos un mecanismo para que los estos compraran bonos del Tesoro y, en caso de necesidad, pudieran vendérselos al Banco Central.