Inocencia interrumpida, la película de 1999, reunió un elenco de jóvenes actrices bien potente: la ya consagrada Winona Ryder, la misteriosa Angelina Jolie, la simpática Brittany Murphy, la feroz Clea DuVall y una chica de 15 años, casi desconocida para el gran público, pero con un futuro prometedor: Elisabeth Moss. El tiempo pasó y aquella adolescente, ahora una de las intérpretes más convocadas y valoradas de Hollywood, decidió romper el silencio y confirmar lo que hasta ahora era un secreto a voces: que detrás de cámara el clima que se vivía no era el mejor.
Moss fue entrevistada en el podcast Let’s Talk Off Camera, para promocionar su nueva serie El velo, y allí, en diálogo con Kelly Ripa, reflexionó sobre la “intimidante” experiencia que vivió en el set del film dirigido por James Mangold. En la película, ella interpretó a Polly “Torch” Clark, una chica que sufrió quemaduras en su cara y en su cuerpo y padece esquizofrenia; su personaje es parte de un grupo de chicas internadas en una clínica psiquiátrica.
Ese grupo tiene dos líderes: la rebelde Lisa (Jolie) y la cambiante Susana (Ryder). Y según contó Moss, cuando las cámaras se apagaban, la tensión entre las protagonistas seguía siendo palpable. Eso, explicó, hizo que el elenco se dividiera en dos bandos. “Había dos equipos, el de Winona y el de Angelina. Y eso continuaba fuera de cámara, pero de alguna manera era como un correlato de lo que se contaba en el guion”, indicó.
“Yo, claramente, estaba en el equipo de Winona. El de Angelina era realmente genial, pero yo me sentí muy intimidada por ellas. De ninguna manera me imaginaba en ese grupo”, señaló. La protagonista de El cuento de la criada indicó, además, que más allá de esa primera impresión, con el correr de los años volvió a encontrarse varias veces con Jolie, que se alzó con un premio Oscar por su interpretación en el film, y fue cambiando de opinión sobre ella. “Hablé con Angelina varias veces desde entonces y es encantadora. Pero en ese momento fue increíblemente intimidante”, insistió. “Nunca le mencioné el tema. Estoy segura de que ella no tendría idea de lo que eso era lo que me pasaba. Definitivamente, yo no era lo suficientemente genial como para estar en su equipo”, afirmó.
En 2010, Ryder ya había dado su versión sobre la situación que se vivía en el set. En una entrevista publicada por Sydnet Morning Herald, la protagonista de Generación X confesó que le resultó imposible entablar una amistad con Jolie, a pesar de que ella ocupaba el rol de productora ejecutiva, además de actuar junto a ella. “Recuerdo que antes de comenzar a filmar pensé: ‘Oh, vamos a llegar a ser grandes amigas’”, explicó. “Pero creo que ella necesitaba poder mirarme como el personaje de Susanna, no como Winona, así que de una manera muy respetuosa simplemente mantuvo la distancia”.
Inocencia interrumpida se basó en las memorias de Susana Kausen, publicadas en 1993. Ryder interpretó a la autora, una chica de 18 años que sufre un trastorno límite de la personalidad y es enviada al hospital psiquiátrico de su ciudad. Jolie, a su vez, es Lisa Rowe, otra paciente de centro de salud, sociópata y manipuladora. Las dos jóvenes se sienten atraídas la una por la otra y a la vez sus personalidades las llevan a chocar una y otra vez.
“Trabajar en esa película fue una experiencia increíble”, resumió Moss. “Tenía 16 años y mi mamá todavía me acompañaba cada día a las filmaciones. Para mí era un sueño compartir el set como todas esas estrellas de cine. ¡Winona Ryder! ¡Angelina Jolie! ¡Clea DuVall! ¡Britanny Murphy! Ese increíble elenco de mujeres. Fue como caer en la tierra del Mago de Oz; en todo momento me sentí asombrada y sorprendida por mi entorno y por trabajar con ellas, porque eran increíblemente diferentes e interesantes”.
LA NACION